Luis, Olga, Bulmaro, Silvia, Mario, Pedro….

Todos nuestros tejedores asociados trabajan en talleres familiares. Les conocemos personalmente, ideal para mantener una relación de confianza y un trabajo de calidad.

Fijan sus precios, conocemos el valor de su trabajo y intercambiamos con ellos para conseguir un precio justo para el cliente respetando el arte del tejido. Con los ingresos que Sancho Poncho paga a los artesanos, ellos mantienen su taller, hacen vivir su familia y desarrollan sus propias creaciones. 

Los talleres no trabajan en exclusividad para Sancho Poncho, y solicitamos una docena de artesanos asociados. En caso de disminución de actividad por nuestra parte, tienen otras fuentes de ingreso, en caso de momentos de máxima de actividad repartimos los pedidos. Un sistema equitativo donde todos resultan beneficiados. 

Ninguno de nuestro producto está hecho por niños. Alentamos a la escolarización de ellos al mismo tiempo que la transmisión del conocimiento intergeneracional.

 

Para saber más, consulta Nuestras Valores.

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